La limitación de la segunda mano
Se han desatado vientos de tormenta entre los aficionados justo después de la presentación de Xbox One. Era vox populi desde hacía tiempo que importantes desarrolladoras de la industria como la “amadísima” por todos Electronic Arts veían con malos ojos el mercado de segunda mano de sus juegos.
Hasta la fecha se habían escuchado voces a favor de establecer algún tipo de control para limitarla, ya que para una industria cuyos presupuestos se disparan cada día más, asemejándose a la del cine, la segunda mano implicaba, siempre según su criterio, pérdidas.
Este curioso razonamiento se fundamenta en los mismos argumentos simplistas que se dan cuando se habla de la piratería. Cada copia que se adquiere de un juego de un modo que no sea primera compra, como el prestamo, el alquiler o la segunda mano, es evaluada como una copia vendida menos.
En cierto modo, todo el baile que hemos tenido en esta generación con la fiebre de incorporar multijugador a todo título AAA por absurdo que fuera y las toneladas de contenido descargable que se lanzaba posteriormente era un modo soterrado de mantener contenida la reventa.
Hemos escuchado declaraciones tan rimbombantes como las excusas al respecto de los códigos online, intentando convencernos de que era una manera de empaquetar contenido de calidad que ha sido malinterpretada.
Personalmente yo como consumidor tengo muy presente el dicho "la avaricia rompió el saco". Sin que sirva de precedente, el analista Michael Patcher, famoso por sus cagadas épicas, declaraba hace más de un año que poco menos que se abrirían las puertas del infierno si alguna de las grandes como Microsoft o Sony apostaba por poner un veto al mercadeo de juegos de segunda mano.
No voy a ser yo ahora quien se haga amiguito de Patcher, pero como cada vez que este hombre suelta una de sus perlas sube el precio del pan, me parece correcto rescatarlo para apoyar mis argumentos con todo un “profesional”, oportunista que es uno.
Según el criterio de Mike, las “teóricas” perdidas que puede generar el mercado de segunda mano es ridículo estimarlas en mas del 5% del total. El problema realmente no es el dinero que se pierde, sino el dinero que se deja de ganar, que es algo muy diferente, aunque intenten liarnos.
Segunda mano: Ya estábamos avisados
Hace meses ya se filtró a los medios una patente de Sony para controlar el uso de los juegos en Ps4 mediante la tecnología NFC (Near Field Comunication). Pero no necesariamente todas las patentes llegan a aplicarse realmente. La astucia de Sony en permanecer callados como p***s durante la presentación de su nueva máquina les salvó de la quema momentáneamente, haciendo que la ira de los usuarios recayera sobre Microsoft que certifico poco después del Xbox Reveal que los juegos de Xbox One estarían vinculados a un código único requiriendo autentificación online además de quedar indefectiblemente vinculados a un perfil de usuario. Si esto no esta enfocado a controlar la segunda mano, que baje dios y lo vea.
La hipocresía de Electronic Arts
Cuando Electronic Arts anunció que eliminaría por completo su tan criticado pase online solo algunos inocentes salieron a celebrarlo. Los más zorros del lugar, evocando a Hamlet sabíamos que había algo podrido en Dinamarca. Nadie confiaba excesivamente que la votada como peor empresa del año por segunda vez hiciera esto sin tener guardado un as en la manga aún más dañino para los exprimidos jugadores.
No nos equivocamos, que poco sorprendente resultó ver en el Xbox Reveal el gran pacto y la relevancia que Electronic Arts tendría en el catalogo de Xbox One. La gran pareja feliz, todo era amor.
Segunda mano: Ilegalidad a la vista
Inmediatamente después de las malas noticias el cabreo en la red de redes era monumental. A Sony la jugada de no desvelar sus cartas le salio redonda y mientras las hordas se avalanzaban furiosamente contra cualquier cuenta oficial de twitter propiedad de profesionales de Microsoft, Playstation 4 se alzaba como la gran esperanza blanca en mantener el mercado de los juegos en su pureza original, con el trueque y la venta de segunda mando que tantos amigos nos ha permitido hacer y a tantos dependientes tacaños odiar.
Desde Sony ni confirman ni niegan nada, como comentamos, la idea la tenían más que registrada pero es posible que hayan dado un paso atrás en una estrategia por ganarse al público.
Por parte de Microsoft tenemos que escuchar una vez mas esos topicazos de relaciones públicas. La cantinela de que han sido malinterpretados y que si se permitirá la segunda mano. Evidentemente que han de permitirla, puesto que prohibirla es ilegal.
Si, así como lo leéis, al menos en Europa la cosa está bien clara. El tribunal de justicia de la Unión Europea emitió el verano pasado una sentencia donde dejaba claro que las editoras de software no pueden impedir legalmente que podamos vender tanto juegos como programas de nuestra propiedad aunque su licencia sea exclusivamente digital.
Ese es el motivo por el que el servicio de descargas Steam, se ha visto obligado a facilitar la futura venta de los juegos que hemos adquirido en su plataforma. La segunda mano es legal, se pongan como se pongan.
Segunda mano: Comprar no es alquilar
Toda la parafernalia de códigos, lo único que busca es replicar el ya ilegal modelo de licencia de software generalista a los videojuegos. Según este modelo que aún tienen las santas narices de colarnos en Windows y múltiples programas, cuando nosotros compramos un producto, no es 100% nuestro, sino que lo que adquirimos es una licencia para usarlo donde, cuando y las veces que le salga del pito a la avariciosa compañía.
Esta idea es tan absurda como ir a comprarte un menú al MacDonalds y que cuando le vayas a ceder las patatas a tu novia porque tu ya estas lleno, apareciera por ahí un tipo diciéndote que nanai. Las patatas se han vendido a tu nombre y si tu novia quiere, que se compre un menú entero. Tocándote solo 2 opciones, o el empacho o tirarlo a sus saneadas papeleras.
Queremos la tajada de Game
Lo que sucede es que las grandes productoras de videojuegos se han subido a la parra, igual que le ha pasado a la industria del cine. Se mueve muchísimo dinero y los riesgos de mantener sueldos tan exiguos como los de CEO de ACTIVISION hay que moderarlos poniendo orden en el gallinero.
Si en la industria del cine el demonio eran los clientes insatisfechos que decían a sus amigos que se quedasen en casa porque la película que habían visto era una castaña, para la del videojuego las tiendas han pasado de ser el aliado a una especie de garrapata que chupa la sangre.
En el caso del cine se plantearon soluciones tan delirantes como instalar inhibidores de frecuencia en las salas para que no pudieras decir a nadie nada justo después de salir decepcionado. El código vinculado a una única cuenta es lo que impedirá que puedas deshacerte de tu copia de algo tan jugoso como el ya lejano 'Enter The Matrix' a la velocidad del rayo.
Ahora si vas a tu tienda GAME a venderlo, la tienda tendrá que aflojar una parte de lo que consiga por la compra de segunda mano a la empresa desarrolladora debido a la necesidad de un código nuevo y anular la cuenta vinculada.
Segunda mano: Ni un paso atrás en su defensa
Francamente estoy tremendamente encantado con el revuelo que se ha montado alrededor de la polémica por la segunda mano. Entiendo que una industria cuando maneja tanto dinero se vuelva cautelosa ante un futuro fracaso. Pero quizás, cuando dejen de pagarle millones a mansalva a los jefazos de muchas empresas me empiezo a apiadar de ellos. Ahí están los juegos indie libres de DRM que son rentables, así que, a otro perro con ese hueso. Animo y a darles caña para que den un paso atrás. Somos fuertes, somos jugones!!
Opinión
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