
Todos aquellos que hemos sufrido en nuestras propias carnes la impotencia de vernos superados por rivales que, haciendo uso de herramientas de dudosa legalidad, conseguían alcanzar una velocidades desorbitadas, habilidades extrañas o cualquier otro tipo de ventaja que pudiera desequilibrar el juego en cuestión, estaréis de acuerdo conmigo en que, ante este tipo de situaciones, es de recibo aplicarles un severo correctivo en beneficio de toda la comunidad de jugadores.
El dilema surge, como en este caso, cuando el juego en cuestión además de tener un modo online, permite disfrutar también de un modo de juego individual. En estos casos parece correcto el baneo a la hora de compartir la experiencia de juego de modo colectivo, pero resulta un poco excesivo no dejar disfrutar a una persona que ha pagado religiosamente el producto, de un modo de juego que no puede perjudicar de ninguna manera al resto de jugadores.
Leer Más