El amor que muchos jugadores profesan por máquinas retro resulta muy irracional para muchos de los que solo piensan en la siguiente consola de nueva generación. Una red plagada de coleccionistas pintorescos que convierten su casa en museos del videojuego donde si se extraviase una patata frita, sería capaz de crear nuevas formas de vida antes de ser localizada, no es el mejor referente para apelar al cariño del retro-gaming.
Pero después de todo, jugar y comprar es simplemente consumir, no supone tampoco un reto considerable invertir cantidades modestas de capital y acumular tales cuevas de Ali Baba del vicio sano. Donde realmente yo me descubro y aplaudo es al ver la tarea de algunos programadores, que por puro amor a consolas ya desahuciadas comercialmente, se lían la manta a la cabeza y siguen programando juegos para ellas. Todo esto, con unas posibilidades de conseguir ingresos inexistentes o muy complicadas en el mejor de los casos.
En este árticulo os vamos a presentar a tres campeonas que gracias a estos desarrolladores Kamikaze siguen disfrutando de juegos nuevos y que en algunos casos sorprenden por ver lo que aún son capaces de hacer. Leer Más