Da igual si abres la web de un periódico generalista o de uno de negocios esta mañana. Si es estadounidense, europeo o latinoamericano. En todos la noticia del día es que Microsoft por fin ha culminado su tentativa por hacerse con Nokia. Tras casi tres años buscando esta posición, finalmente Redmond se hace con la que en el pasado fue la mayor compañía de móviles.
Consecuencias tendrá. Y muchas. Más allá de la subida en bolsa, la adquisición de Nokia es algo tan importante como la salida de Steve Ballmer como capo de la marca. Tanto para la compañía en general como para el negocio de Xbox. De momento, hemos de quedarnos con un nombre. Stephen Elop. Quien ahora mismo es director general de Nokia. De quien podéis ver su imagen sobre estas líneas.
La compra de Nokia no sólo afectará -positiva o negativamente- a Xbox One y el negocio de las consolas por el cambio de estrategia y dimensión de la compañía. Tendrá consecuencias inmediatas. Elop va a ser el hombre que se encargue de la división de videojuegos. Y quizás ese sea su trampolín para sustituir a Ballmer al frente de Microsoft.
El hecho de tener a Elop al frente de Xbox One va a tener muchas repercusiones. Porque Elop es un tipo de acción a quien no le tiembla el pulso para despedir a decenas de miles de empleados. Pero también es muy cabezón. ¿Será el hombre que necesita Microsoft para vender consolas o acabará haciendo daño a Xbox One? Leer Más