Nada volverá a ser igual en el siguiente 'Mass Effect'

Si la que por aquel entonces era mi novia se hubiese enterado de lo mío con 'Mass Effect', podría haberme dejado por infidelidad. Le mentía diciendo que tenía trabajo para poder encerrarme en el mundo creado por BioWare en vez de estar con ella. Lloraba, reía y sentía que el mundo se paraba cuando estaba con Shepard. No podía pasar un instante sin estar conectado a la consola.

Desgraciadamente, mi romance con 'Mass Effect' acabó como todos los grandes romances. Mal. El desenlace de la saga fue como si me hubiese dejado por otro en el último momento. Se aburrió de mí. ¿Qué fue de sus promesas? ¿De los planes que teníamos juntos? Charla de almohada. La epopeya de BioWare me partió el corazón. Y no confío en su vuelta.

El regreso de 'Mass Effect' está tan falto de pasión como esa amante con la que después de que todo saliese mal aún quiere volver a intentarlo porque tienes algo que le interesa. Tu dinero, claro. Eso le interesa a esa supuesta amante, aconsejada por su arpía madre Electronic Arts. La saga galáctica de BioWare estaba pensaba para acabar en una trilogía. Y se acabó. Lo que viene no tendrá nada que ver con aquel romance. Bien está lo que bien (o mal) acaba.

No sé qué es lo que traerá la saga que lleve el nombre del juego original, pero asumámoslo. No será lo mismo. Y quizás se trate de un buen juego, pero no será lo que hemos estado jugando durante toda esta generación. Shepard está muerto -me refiero en sentido figurado, no en la historia- y lo que le hizo grande no regresará.

Porque 'Mass Effect' se planteó como una trilogía. Y como una trilogía tuvo que quedarse. El gran problema, claro, fue que el final no fue lo que tuvo que haber sido. Se quedaron sin tiempo en BioWare y las presiones empresariales de Electronic Arts forzaron que se apostase por una conclusión aséptica, forzada y sin sentido. Todo con dejar la opción de reabrir la saga.

 

BioWare, harta de 'Mass Effect' y sin querer estirar el chicle

 

Algo cambió en BioWare entre la primera y la tercera entrega de 'Mass Effect'. En realidad, cambiaron demasiadas cosas. Pero hay un aspecto básico. Se apagó la llama de la ilusión. En el primero, contestaban en sus foros a todos sus fans y hablaban emocionados sobre las aventuras de Shepard. Tras el tercero, en los créditos decían "gracias a nuestras familias por todo lo que han soportado".

Se les hizo demasiado grande y la alta carga de trabajo hizo que acabasen odiando aquello que amaban. Así se entiende el más que tosco final de la tercera entrega. Sobre todo cuando tienes  un perro detrás ladrándote, en este caso Electronic Arts.

Hay algo que es de importancia capital. A BioWare no le gustan las segundas partes. Y eso les honra. No les gusta estirar el chicle. Capcom debería aprender de ello, con tanto 'Resident Evil' insulso. Y es que no todos los estudios pueden ser como el que dirige Hideo Kojima, manteniendo el mismo nivel de excelencia con la misma historia, juego tras juego.

BioWare quiso hacer un juego de tres entregas. Una gran historia. Y acabarla. Al estilo de las grandes novelas de ciencia-ficción en las que se inspira. Ya ocurrió con 'Jade Empire', quizás el mejor RPG de la primera Xbox -espero que los fans de 'Fable' no me cuelguen-, que nunca recibió continuación.

¿Y qué es eso de un nuevo 'Mass Effect' ahora? Pues que Electronic Arts no iba a permitir que una saga de renombre desaparezca. Le pese a quien le pese.

 

La saga, abandonada en manos de gente nueva

 

Me gustaría ser más optimista, pero no es fácil. Entre el primer 'Mass Effect' y el tercero hay una caída en picado en la profundidad de la trama. Y es normal. Los guionistas originales fueron desapareciendo. Eso provocó que, en poco tiempo, la calidad se viese comprometida.

Mientras entraba gente especializada en mejorar la acción iban menguando los equipos de guionistas sabedores de esto que es la ciencia-ficción. Nadie dice que 'Mass Effect 3' sea malo. Pero sin duda pudo haber sido mucho mejor.

El estudio central de BioWare no quiere saber nada más de la epopeya galáctica. Porque les gusta centrarse en un juego principal en cada generación y Shepard y los suyos ya forman parte del pasado. Yo estaría más atento al siguiente juego que tengan pensado que no al actual.

Ahora, 'Mass Effect' está en manos de BioWare Montreal. Son buenos chicos, programan bien y se encargan de 'Dragon Age', que sin duda es buen juego. Pero no será el producto central de la compañía. ¿Qué pasaría si 'Metal Gear Solid' estuviese en manos de alguien que no fuese Hideo Kojima? Ah sí, que eso ya ocurrió. Y así de mal les quedó 'Metal Gear Rising: Revengeance'.

 

La acción es lo que cuenta, bienvenido 'Gears of Effect'

 

Esto es como el complejo del que la tiene pequeña. 'Mass Effect' era único y maravilloso en su primera entrega, pero se la veían pequeña con lo del combate. Muchos fans de los juegos de acción criticaron que era de todo menos interesante. ¿Y qué más daba? Lo bueno del juego era su profundidad.

Pero ya sabemos lo que pasa cuando a uno le dicen que la tiene corta. Que no lo asume bien. Así que BioWare fue mejorando el combate en los dos siguientes juegos. El equilibrio entre trama y combate fue la segunda entrega, ya que la tercera quizás era demasiado de acción.

El drama es que en el siguiente capítulo ya no han querido esconderse. Han tirado a la basura todo lo que sea RPG. Porque, de momento, han fichado de director al padre de 'Gears of War: Judgment'. Quizás no sea el hombre más adecuado para encargarse de la epopeya del espacio. A menos que queramos convertir la saga en un shooter.

Lo más insultante del caso es que se van a reaprovechar códigos y rutinas de 'Dragon Age 3' para ir por faena. Vamos, ya ni siquiera será un juego único, sino que se reciclan cosas de otros juegos.

En fin, que ya ni siquiera me preocupo de que la saga sea algo nuevo, sin Shepard. Por cierto, la historia de Shepard quedó inconclusa, pero sinceramente da igual. Porque no serán los guionistas originales quienes puedan acabarla. Yo ya lo he asumido. 'Mass Effect' ha muerto.  Y me ha roto el corazón.