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Next-gen siguiente generación xbox 720 ps4

Se han acabado los pomposos nombres al estilo del Emotion Engine. Y también eso de que las consolas son infinitamente superiores a cualquier ordenador recién salidas del horno. Las futuras máquinas de Sony y Microsoft, si los rumores y las filtraciones no van desencaminadas, se parecerán cada vez más a un PC.

En el buen y en el mal sentido. Porque si bien podría ser que acabasen siendo un ordenador de AMD dentro de una carcasa de consola, también harán más fácil la convergencia con PC. Y lo que parece más claro es que la próxima generación será más que nunca multiplataforma y basada en la programación para ordenadores. La generación PC.

Una generación que nace de la crisis y de las dificultades económicas de las principales marcas en su particular guerra por convencer a los jugadores. Sony ha visto cómo ya no puede invertir más dinero en procesadores como Cell o aquel Emotion Engine. Y Microsoft ve que sólo el sector de las consolas le reporta beneficios en mitad del descalabro de Windows 8. Las billeteras de ambas marcas están vacías para invertir en nueva tecnología.

Por eso, para la próxima generación muestran unos prototipos centrados en procesadores y gráficas AMD. Basados en los que existen para PC y adaptados a las necesidades de Sony y Microsoft. De esta forma se ahorran el altísimo coste que tiene crear una nueva máquina.

El problema de la futura generación, obviamente, es que así es difícil que puedan aportar algo con lo que desmarcarse de la competencia. Tendrán que olvidarse a la fuerza de tener un sistema que sea muy superior a los ordenadores actuales. Aunque en su beneficio pueden consolarse con el hecho de que será muy fácil programar en ellas: tan fácil como es en PC.

 

Una apuesta segura en la tecnología PC para la siguiente generación

 

AMD Xbox 720 PS4

 

Históricamente, programar para nuevas consolas siempre fue un dolor de muelas para las desarrolladoras, sobre todo las que están más acostumbradas al mundo del PC. El líder de Valve, Gabe Newell, hizo famosa la afirmación de que PS3 era "una pérdida de tiempo para todo el mundo" y que los programadores "no ganaban nada excepto una tediosa arquitectura" que Sony puso en aquella generación.

Precisamente, Sony también tuvo similares problemas con PS2, que no ganó la batalla en aquella generación por ser fácil de programar, sino por las ventas que le originaba el nombre Playstation. Y ya desde entonces se ha hablado negativamente de las máquinas de Sony. Fuese en una u otra generación.

Con PS4, parece que Sony se quita de encima este problema, apostando por una máquina de arquitectura PC, lo que haría la vida más fácil a los desarrolladores. Se rumorea que montará un x64 de AMD con ocho núcleos. Lo que no se esperaba es que Microsoft también apostase por algo en la misma línea, con un procesador de AMD también de ocho núcleos, si bien no se ha confirmado.

Se trata de procesadores pensados para portátiles y no para ordenadores de alta potencia. ¿Por qué apostar por ellos? Seguramente, para ahorrar en costes de fabricación y porque al realizarse en 28 nanómetros serán mucho menos calurosos y más seguros en el caso de aparecer problemas de funcionamiento.

Lo que sí hay que tener claro es que no son Intel. Y en todas las comparativas, Intel le gana la partida a AMD en potencia bruta. La tortilla se da la vuelta cuando, en cambio, hablamos de capacidad gráfica. Y aquí es donde se han fijado Sony y AMD para su próxima generación.

 

Más potencia que un PC de similares características

 

 

Especulándose que el rendimiento gráfico sería el de una AMD Ati 7970m -de la que sobre estas líneas tenéis un vídeo de su rendimiento-, es necesario señalar que una consola centrada en videojuegos sería mucho más potente que un PC que tuviese las mismas características. ¿La razón? En primer lugar, porque ha de cargar en memoria otros procesos, como Windows o el sistema operativo que contenga. Y también por la convergencia entre chips integrados en lugar de una configuración elegida por el jugador.

Eso, por supuesto, siempre que a Microsoft y Sony no les dé por crear un sistema operativo de alto rendimiento que permitiese usar sus consolas de nueva generación procesos de alto rendimiento.

Y esperemos que en este caso Microsoft no se plantee usar Windows 8 para potenciar su Xbox de futura generación. No estaría mal usar un diseño común con su interfaz Metro, pero poner un sistema operativo Windows total puede reportarle más conflictos que beneficios.

Luego está el detalle de que con la misma configuración durante todo el tiempo que dure la futura generación, los procesadores de ambas máquinas se exprimirán al límite. Eso permitiría que las consolas de Sony y Microsoft puedan competir en el tiempo con ordenadores más potentes.

Lo que está claro es que ambas marcas deberán competir por las exclusivas en la siguiente generación. Porque si cada máquina es como un PC, lo único que podrán ofrecer para diferenciarse serán los propios juegos que no tenga la competencia. Una competencia a la que muy poco le costaría programar un mismo juego para PC o la siguiente generación de Xbox 720 y PS4.

 

Página oficial | Sony | Microsoft

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