Windows 8 y el silencio a su alrededor

La aparición de una nueva versión de Windows no siempre ha sido de lo más celebrado. Si nos ponemos a hacer memoria, ha habido momentos en los que se esperaba como agua de mayo una actualización del sistema operativo. Como en la aclamada séptima edición o el más que trillado XP. Pero también ha habido fiascos memorables, como aquel Millenium Edition o el olvidado 2000. Ahora, a tan solo tres semanas de Windows 8, todo parece indicar que esta revisión va por el mismo camino.

Y no parece que le vaya a ocurrir como al desastrado Windows Vista. Porque esa versión aún creó expectación. Mientras que lo único que genera Windows 8 es silencio. Un silencio sepulcral acompañado de la mayor de las indiferencias. Microsoft se ha centrado en convertir el ordenador en un híbrido con las pantallas de móvil y de tablet y no se ha preocupado de lo que el público piensa: que ahora no era necesaria una versión de este calibre. Sobre todo si intenta captar más 'casual gamers' y muestra un rendimiento inferior en todos los procesos gráficos. Incluidos los títulos que ya jugamos en PC.

Los tiempos han cambiado. No hace falta investigar mucho para darse cuenta de que el PC de sobremesa está en decadencia. Las tiendas de componentes pasan malas rachas y ni siquiera la pantalla del portátil es la más utilizada hoy en día. Tabletas y móviles han desplazado al ordenador y las antes llamadas compañías de informática -Apple la primera- desplazan inversiones y equipos de investigación a las pantallas pequeñas.

Desde luego, no es el mejor momento para Windows. Y eso que sigue siendo el rey en sistemas operativos para ordenadores. El problema es que los ordenadores ya no son tan importantes. Así que su apuesta se trata en Windows 8 y sobre todo en su interfaz Metro.

 

Todo igual en tu móvil, tablet... y también en el ordenador con Windows 8

 

La gran apuesta de la compañía capitaneada por Steve Ballmer. Fusionar todos sus dispositivos en la interfaz Metro. Han visto que Google y Apple reinan en las pequeñas pantallas -y eso que Windows Mobile es un excelente sistema operativo cuyo único y gran problema es que llegó muy tarde- y que nadie necesita más en PC que Windows 7.

Metro quiere atraer a los usuarios de Xbox Live, a los que utilizan Windows en sus ordenadores y crear un sistema que conjuga todo ello. Y así poder seducir a compradores de teléfonos móviles con esta sintonía dentro de Metro. Poder usar el mismo sistema operativo para jugar, trabajar y operar desde el móvil. Con tu mismo avatar de Xbox y todas tus configuraciones.

¿Funcionará? Si juzgamos por lo poco (o nada) que se está hablando de Windows 8, crudo lo tiene. Quizás es demasiado pronto para introducir un sistema como Metro en ordenadores convencionales. Está pensado para desplazarse mediante los dedos en una pantalla táctil, y si bien con los botones de Xbox 360 se hace cómodo, con el ratón en el ordenador no mucho.

Es también pronto para pensar en pantallas táctiles en ordenadores. Y Microsoft puede pagar caro el intento de adelantarse tecnológicamente, algo que por ejemplo su competidor Steve Jobs cuidaba mucho. Y es que el Ipad era un invento que quería haber lanzado muchos años antes, pero hubiese sido adelantarse a la tecnología, problema que puede afrontar Windows 8.

 

Sin críticas positivas o negativas y ni siquiera drivers disponibles

 

Windows Vista y su interfaz Aero, que cuanto menos era atractiva en su momento, levantaron mucho polvo los meses previos a su salida, en un día muy esperado. Pese a que luego fuese criticado como una de las peores versiones. La séptima revisión subsanó todos los errores y fue la que realmente machacó a XP definitivamente. Con infinidad de betas instaladas y una gran acogida desde el día de lanzamiento.

Ahora, de Windows 8 nada de nada. Se ha hablado más de él hace un año que en estos meses. Y eso que el próximo 26 de octubre estará en las tiendas. Y ni siquiera ha tenido una buena acogida entre los atrevidos que han instalado la versión beta.

Hay dos cosas que pintan muy mal en el futuro de Windows 8. Una, es esta escasa acogida. Casi no hay noticias, ni blogs que toquen el tema. Y si buscamos en Google todo lo que nos sale de Windows 8 son temas pasados. Parece que nadie espere al nuevo sistema operativo. El otro factor que da mala espina son los drivers.

Sin drivers actualizados, el funcionamiento de un sistema operativo es todo un caos. Con Vista, por ejemplo, el aluvión de drivers llegó mucho antes de venderse el sistema. Igual con Windows 7. Ahora, nada. O es totalmente compatible este nuevo Windows -algo muy improbable-, o ni siquiera las desarrolladoras de hardware y software se preocupan de Windows 8. Intuyendo que tendrá poca penetración. Al final, los usuarios siempre tendrán que depender de las ayudas externas, como explican en PCPro.

¿Qué les queda a los jugones?

 

Ya se acabará por ver. Uno de los factores decisivos en el éxito de un nuevo sistema operativo es su capacidad para jugar. Windows Vista podía ser un dolor de muelas para quienes tenían poca potencia, pero quienes querían jugar a lo último lo necesitaban para usar Direct X 10 en su esplendor. Ahora, falta ver qué le espera a Windows 8 y su interfaz Metro.

Se podría pensar que la capacidad jugona en Windows 8 debería de ser destacable. No en vano, se habla de fusionar todos los sistemas, incluyendo los videojuegos de Xbox 360. Pero lo que se está viendo es que habrán muchos juegos al estilo tableta o móvil. Con títulos como 'Angry Birds' o 'Toy Soldier'.

Como si dejasen huérfanos a los jugadores de PC de antaño. A los 'hard-core gamers' que renuevan equipo cada poco tiempo. En un extenso análisis, Kotaku da un veredicto claro: Windows 8 no es bueno para juegos.

"La integración con Xbox Live en Windows 8 es lo mejor y también lo peor del nuevo sistema. Si conoces o estás acostumbrado al Dashboard de Xbox 360, ya sabes lo que te espera cuando seleccionas la pestaña 'juegos'.Jugar a través de la Windows Store es más o menos lo mismo que en tu Xbox 360. Microsoft ha unificado la experiencia entre ambas plataformas. Y no han hecho nada más".

"Pero el concepto de jugar 'offline' ha, simplemente, desaparecido. Y el problema del estilo de Xbox es que está desarrollado para usar con un mando. Con juegos a pantalla completa. Y perdemos las opciones de ventana necesarias en Windows. Es todo muy horizontal. ¿El resultado? Bueno... Por eso entiendo que los juegos que se promocionen para Windows 8 vengan directamente del mercado de Xbox 360, como 'Mass Effect 3' o 'Left 4 Dead'".

"Tras unos cuantos días deambulando sin orientación por culpta de Windows 8, ahora puedo entender por qué los desarrolladores están preocupades.Sí, programas ya existentes como Steam o Origin funcionan bien en la versión de escritorio sin Metro de Windows 8. Pero tal y como deberán publicar y desarrollar juegos, en el futuro, será un cambio dramático. Y es que la función para juegos incluida en el sistema operativo es, a todas luces y en todos los sentidos, una versión al estilo tablet de Xbox Live".

 

Además, parece que el rendimiento de Windows 8 tampoco será muy superior ni tan solo sorprendente. Aquella idea de instalar una nueva versión del sistema operativo y ver cómo va todo más rápido muere con Metro, según otro análisis de Kotaku.

Los tiempos de arranque, la apertura de ventanas, los exploradores. Todo tarda más en funcionar en Metro que en Windows 7. Tan solo las gráficas en excel son más rápidas.

Y si hablamos de juegos, pues según Kotaku no se nota diferencia. Funcionan prácticamente igual, no hay ninguna mejora. Así que eso no llevará a los jugones a instalar el nuevo sistema operativo.

Es cierto que queda mucho por ver. Pero las expectativas no me hacen prever un buen futuro a Windows 8. Al menos, no de momento. Como hemos expuesto aquí, considero que Microsoft se ha adelantado a su tiempo. Es elogiable ver cómo se intentan cosas nuevas y se lucha por abandonar el inmovilismo. Pero no entender que un sistema pensado para usar en pantallas táctiles es demasiado temprano para aplicarlo en ordenadores convencionales puede ser un error que Windows pague muy caro. No sólo eso. Por mal que pese, el futuro de los ordenadores tal y como lo conocemos es incierto. No cabe duda que todo tira hacia las pequeñas pantallas y que lo que mueve tendencias se lleva en una mano. El ordenador, si no se renueva, parece que se va a quedar bastante estancado.

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