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Ready Player One

No es este es un lugar donde comentar las novelas que nos gustan. Porque aquí tratamos otra de nuestras pasiones, los videojuegos. Pero cómo podríamos obviar una novela como 'Ready Player One' si hablamos de estos de los juegos y de la pantalla. Más de uno de vosotros seguro que la conoce y otros la habrán leído. Quienes no lo hayan hecho, que no se lo piensen dos veces.

Porque 'Ready Player One' está basada en una época dorada de los videojuegos. Los años 80. Mediante la excusa de un argumento de ciencia-ficción futurista en un planeta que se ha quedado sin recursos, se plantea un futuro en el que la realidad virtual es una realidad mucho más agradable que el mundo real. A través de una especie de Oculus Rift y un Kinect con guantes.

Y ahora diréis, ¿y qué tiene que ver la realidad virtual con el gaming en los 80? Pues que debido a ciertas circunstancias, gran parte de la población vive inmersa en todo lo relacionado con dicha época dentro del mundo virtual que propone la novela. Y si alguna vez jugaste a las máquinas de monedas de entonces, debes leer 'Ready Player One'. ¿Queréis saber por qué?

La historia nos explica cómo la humanidad vive más tiempo conectada a Oasis, el juego virtual más grande del mundo, que viviendo sus propias vidas. La falta de recursos energéticos y las enormes diferencias sociales han hecho que los suburbios proliferen y la comida sea racionada por el Gobierno. Nuestro héroe, Parzival, vive en un barrio de caravanas apiladas una encima de otra como si fuesen torres donde la gente sufre el invierno como mejor puede.

Ready Player One

Un boceto que se prepara para la adaptación cinematográfica. Lo de las caravanas a lo 'Arma Letal' apiladas en torres para ahorrar espacio tiene su punto.

Oasis, el mundo virtual donde ocurre la mayor parte de 'Ready Player One', es algo que sustituye en casi todo a la realidad. Los niños van al colegio de forma virtual, la información se ofrece allí, la gente se conoce e intima e incluso la prostitución se ha pasado a lo digital.

En plena eclosión de Oasis, su creador -una especie de Steve Jobs hípervitaminado y extremadamente multimillonario- muere anunciando algo único. Deja un legado de toda su fortuna y todos los derechos del mundo virtual a quien encuentre un huevo de pascua escondido en su mundo digital. ¿Qué hay que hacer para lograrlo? Saber mucho de videojuegos y cultura pop de los 80, la pasión del excéntrico informático.

Como podéis imaginar, millones de personas dedican su vida a la caza de este huevo de pascua, entre ellos el principal protagonista. Y eso da pie a hacer feliz al personal con infinitos fan-services sobre aspectos y detalles de los videojuegos, el cine y el ocio de los años 80. 'Ready Player One' se nutre infinitamente de ellos.

Ya el propio huevo de pascua se presenta como algo que los amantes de los videojuegos valorarán. Hablando del primero de todos ellos. El videojuego 'Adventure' de Atari 2600 fue programado por un tal Warren Robinett, quien, molesto porque Atari no le permitía salir en los créditos, puso una llave en el juego que si se llevaba a un punto determinado abría un cofre en el que se leía "Created by Warren Robinett".

Atari no se dio cuenta de la intromisión de Robinett y el juego se comercializó con este detalle. Entonces, miles de jugadores empezaron a comentar cómo habían encontrado aquello. Fue el primer huevo de pascua de la historia. Google hoy en día es adicta a ellos.

'Ready Player One' cuenta cómo nuestro millonario favorito ha escondido, dentro de tres puertas y tres llaves, toda su fortuna en forma de huevo de pascua. Y para obtener las llaves hay que saber mucho de los videjuegos y otro tipo de ocio de los 80. El caldo de cultivo excelente para el deleite de todo acérrimo fan de los videojuegos.

 

La excusa perfecta para hablar de juegos muy retro

 

Ready Player One

Aquí el amigo usó una cinta Basf para hacerse una buena copia del software que él mismo programaría. ¿O es una cinta comprada en un rastro con tropecientos juegos de Spectrum?

 

La novela, si bien muy sencillita, sabe cómo enganchar al personal. Y se hace tremendamente adictiva pese a su sencillez y pecar de naive en ciertos momentos. Vendría a ser como McDonald's a la gastronomía o 'The Expendables' al cine. Pero oigan, ¡qué buena está esta hamburguesa!

Nace de la mente de un freak de cuidado llamado Ernest Cline, quien de freak se pasó tanto que vive rodeado de juegos y consolas de los 80, además de comprarse un DeLorean como el de 'Regreso al Futuro'. Con un par. Y el bueno de Cline aprovecha para contarnos todo lo que sabe de su pasión favorita.

Nuestros héroes son unos freaks de cuidado -como Cline- que juegan a todo lo que se les ponga por delante mientras sea de los 80 y se tragan todas las temporadas de 'Enredos de familia' y otras series del momento. Todo con tal de saberlo todo acerca de lo que les puede llevar a la gloria de conseguir la fortuna del millonario .

Para los amantes de Atari, los ordenadores personales de la época y sobre todo las máquinas de monedas, 'Ready Player One' es una delicia. Cuenta todos los pequeños detalles y curiosidades de juegos como ' The Joust' o 'Black Tiger'. Todos los orígenes de las consolas americanas clásicas y películas como 'Juegos de guerra'. Y para quienes se deleitan de lo nipón aparecen Godzilla y Ultraman de forma muy pintoresca.

¿Eres de esos a los que se les iluminan los ojos cuando hablas de lo que disfrutabas con cinco duros en la máquina del bar? Te encantará 'Ready Player One'. Una de las míticas frases de la novela, que no es sino la opinión de Cline, dice "por el módico precio de 20 centavos, 'Black Tiger' cambiaba tu horrible rutina para ofrecerte dos gloriosas horas, ¿qué más se puede pedir?". Ahí queda eso.

 

El futuro virtual de 'Ready Player One'

 

Ready Player One

¿Quién se va a preocupar de arreglar la habitación si tienes un mundo virtual con una chacha virtual que deja todo muy virtual?

Nos vamos del retro a la ciencia-ficción post-apocalíptica. Si hoy en día todo el mundo critica a Microsoft y a Xbox One, que se preparen sus detractores si 'Ready Player One' tiene algo de novela visionaria. Porque el juego y la vida online del futuro -no sólo para el ocio, sino para todo el hogar-, Oasis, se controla con las manos a lo Kinect. Y se disfruta mediante un visor en los ojos, a lo Oculus Rift.

En eso tiene gracia que de las primeras cosas que se mencionan de Oasis en 'Ready Player One' es que sirve maravillosamente bien para la pornografía y la prostitución. Con artilugios incluso para dejar alguna mano libre. Hace poco comentábamos que Oculus Rift es ideal para el guarreo. Vamos, que está preparado para el sexo. Tendrá un primer juego de lanzamiento sobre la materia, así que Ernest Cline no iba desencaminado al adivinar para qué se usará la realidad virtual.

Las claves que ofrece 'Ready Player One' acerca de los retos, posibilidades y temores de la realidad virtual son bastante tópicos, pero están bien narrados. Aquellos que se encierran en casa y viven por y para el juego en la red, los que se enamoran de un avatar sin saber siquiera si el dueño del avatar es siquiera del sexo que dice ser. O incluso quienes descuidan su aspecto hasta el extremo porque la vida real no es su vida.

 

Una novela muy sencilla, muy 'freak' pero también muy entretenida

 

Ernest Cline Ready Player One Delorean

Barbita, gafas de pasta, cabellos despeinados y vaqueros azules. ¡¡Un DeLorean!! Y ríase la gente, pero un condensador de flujo hace feliz a cualquiera.

Sólo hace falta ver la cara de felicidad de Cline con su DeLorean -tiene uno de los tres que hay en Estados Unidos- para entender que es un autor muy 'freak'. Más de lo que imaginan. Yo soy de los que se niegan a usar la palabra 'freak' por el tópico en que se ha convertido, pero es que con el autor de 'Ready Player One' es imposible no hacerlo.

No vamos a decir que Cline vaya a ganar ningún premio en prosa por 'Ready Player One'. Él mismo asegura que escribir no es lo suyo y que recibió gran ayuda para ello. La novela es sencilla y sin pretensiones, muy lejos de lo que llaman la hard sci-fi. ¿Y qué más dará? Es infinitamente divertida.

Fue empezar las primeras páginas y acabar el libro en dos días. Y no es pequeño, sino que le quité horas al reloj y a mi sueño de mala manera para devorar cada página como si fuese un adolescente con 'Cuatro amigos'. Además, para los amantes de los videojuegos y que hemos jugado a las máquinas de monedas en nuestra infancia, resulta más que memorable.

'Ready Player One' es el capricho de un niño que echaba monedas para vivir momentos gloriosos rodeado por el humo de esos bares en los que antaño se fumaba. El relato de ese vecino tuyo que sabe más que nadie de juegos clásicos y que era el mejor en tu barrio para pasarse todos los juegos que caían en sus manos. Pero es una experiencia gratificante e incluso refrescante. Si queréis gozar sin pretensiones, 'Ready Player One' es una opción que os recomiendo con el corazón en la mano. El corazoncito, mejor dicho.

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