Tiempo. Ha pasado mucho tiempo. Demasiado desde aquellos tiempos en que el ocaso de cualquier generación de consolas se hacía muy llevadero gracias a la proliferación de los mejores RPG que recibirían aquellas máquinas. Hay que hacer memoria para recordar lo dulce que fue la muerte de Super Nintendo con 'Chrono Trigger' o el fastuoso 'Final Fantasy VI', arropados por el segudo 'Breath of Fire' y los 'Seiken Densetsu', con permiso del Sega CD y los maravillosos 'Lunar'. O para rememorar la que para muchos fue la época dorada en los 32 bits, con el Rey de reyes, 'Final Fantasy VII', pero con joyas de la talla de 'Xenogears' o 'Grandia'. Incluso en la anterior generación tuvimos un buen puñado de obras maestras previas a la muerte de PS2.
Todo aquello pasó. Casi sin darnos cuenta, ya no pudimos hablar de RPG para referirnos al género, sino que tuvimos que empezar a decir jRPG. Porque en el género de los RPG se habían colado las producciones americanas. Casi sin hacer ruido. Sin darnos cuenta. Y de un día para otro, Estados Unidos le había robado la cartera a Japón, donde primero empezaron a encerrarse en el mercado nacional y a hacer ver que no le interesaba lo que pasase en Occidente, aunque pronto tuvieron que asumir el error. Hoy en día, en cambio, nos encontramos con un panorama desolado en el mundillo nipón de los RPG. Y quienes necesitábamos como mínimo un buen par de largos RPG japoneses por año, llevamos huérfanos desde hace bastante tiempo y sin RPG a la vista. Leer Más