La gamificación está cada vez más presente en nuestras vidas, y su efectividad está más que comprobada porque en el fondo todos seguimos siendo niños.
Gracias a los posts de Sara para Aprender Japonés con Videojuegos me decidí a dar el paso y darle una oportunidad a este complejo idioma. Al principio intenté darle un enfoque tradicional al aprendizaje de 'las letras' intentándomelas aprender de memoria a la vieja usanza, de memoria y repitiendo una y otra vez.
Pero no tardé más de dos horas en ver la luz y descartar ese camino 'desfasado' solo apto para los verdaderos valientes.
Así que pillé el teléfono y me puse a buscar aplicaciones, a parte de las ya recomendadas por Sara, para intentar hacer este escollo un poco más pasable.
Tras descargarme un par que parecían interesantes me puse manos a la obra y os puedo decir que estoy más que sorprendido con lo que llevo aprendido en tan solo 4 semanas dedicándole tan sólo una media hora diaria. Y es que gracias al concepto de la gamificación aprender es algo que sucede sin darte cuenta mientras te diviertes jugando, intentando superar tu récord, subiendo de nivel, consiguiendo ese maldito logro, o desbloqueando un nuevo modo de juego.
Y es que los tiempos donde se aprendían las cosas a base de 'muchos codos' están llegando a su fin. Es solo cuestión de tiempo que estas metodologías empiecen a afianzarse en las escuelas, especialmente en los primeros cursos donde jugar tiene un papel tan importante.
¿Os imagináis un examen multijugador? Todos los alumnos conectados en red en un entorno virtual donde tendrán que competir entre ellos ronda tras ronda, jugando a minijuegos donde cada alumno va acumulando puntos, desbloqueando 'pistas', colaborando en equipo de cara a pasar esa pregunta, acumulando trofeos.. ¿Me diréis que de esa manera no tendríais más interés por saber en que año sucedió tal guerra solo por el hecho de llegar un poquito más lejos de lo que llegaste en tu última partida? 😉