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Xbox one Microsoft

En la que es aún la actual generación confié en Microsoft. Y no me arrepiento. Xbox 360 me dio más alegrías que Playstation 3, de la que siempre he dicho que sólo fue imprescindible cuando Hideo Kojima nos obligó a comprarla por 'Metal Gear Solid 4'. Y eso que sufrimos errores fatales los usuarios de Xbox como aquellas temibles luces rojas que convertían la consola en un ladrillo adornado.

Microsoft lo había hecho bien. Muy bien. Tras una primera consola que nació destinada a allanar el camino de 360, nos plantaron con una máquina que rendía -y rinde- muy bien, no muy cara y atractiva. En el mismo momento en que la soberbia de Sony mancillaba el recuerdo de la esplendorosa Playstation 2 con una consola que llegó tarde, dura de programar y muy cara.

Y ahora, con los terribles problemas económicos de Sony, quienes ya presentaron un PC como consola de la que ni siquiera nos han enseñado una imagen, Microsoft va y desaprovecha el momento idóneo para darle la estocada a Sony. Una nueva Xbox potente podría haber mandado a los japoneses a la cola. Pero algo va mal en Redmond. Todo el buen trabajo con 360 pueden echarlo por tierra con Xbox One.

Lo tenían muy fácil los chicos de Steve Ballmer para dar un buen golpe a Sony y hacerse con el mercado. Pero claro. A Ballmer le gusta mucho el golf. Y mientras se lleve a sus muchachos al golf en lugar de pensar qué hacer con su compañía, la división de consolas de Microsoft puede caer en la misma desgracia que Windows, el área móvil o incluso Skype, a quien ya le comen la merienda.

Igual que nunca pensé que diría que Steve Jobs no era tan genio -y luego vi cómo tras su muerte se acabó la magia en Apple-, tampoco imaginé jamás que echaría de menos a Bill Gates. Espero que a alguien le dé por hacer un juego de golf para Xbox One y así Ballmer no tenga que salir de Redmond para dedicarse a lo único donde pone pelotas. De golf quiero decir, no me malinterpreten.

Fijándonos ya en la consola, hay una serie de errores capitales, a mi humilde entender. Empezando por el diseño, como se ha podido ver en la red con la multitud de mofas -la que encabeza a este artículo es una de tantas-, hasta el aparatoso sistema para jugar a juegos de segunda mano o el olvido del mercado japonés.

 

Xbox One no luce como la Reina del baile

 

xbox.opinion2.juegos.es

Cierto. Es tan sólo una opinión. Pero no soy el único que critica el diseño. ¿O acaso las múltiples burlas en la red no dan buena cuenta del fallo de diseño? Y eso que yo aún defiendo que la consola tiene algo de nobleza y estilo. ¿Pero es una consola? Desde luego que no. Sirva para efecto las dos imágenes que han podido ver hasta estas líneas.

Parece un reproductor de vídeo. Y eso es algo que juega en contra de Microsoft. Porque una consola es para jugar, y todo lo que venga aparte es interesante. Pero no lo capital. Aún recuerdo cuántas Playstation 2 se vendieron con la excusa de que era para ver DVD. No había mejor manera para un chaval de colar la consola en su casa que decirle a sus padres que podrían ver películas.

Pero en el caso de Xbox One es que no sólo se habla de la reproducción de vídeo. Es que las formas del trasto -porque es un trasto- recuerdan a un vídeo. Y si era esa la intención, copiar el estilo de Apple TV hubiese sido más elegante.

Existen otros aparatos de tamaño similar con mejores formas que no una caja de PC o un vídeo VHS para adornar un producto de tan alta tecnología. Y si bien las líneas nobles y los adornos brillantes dan algo de clase, los orificios de ventilación laterales me recuerdan más a un Dell o un HP de oficina que a una consola. Sólo le falta un monitor de 15 pulgadas encima.

 

Mucho entretenimiento... ¡menos juegos!

 

Lo de controlar la consola con la voz es bonito, ¿pero necesario? Igual que lo de poder hablar por Skype. Aunque he de decir que lo de hablar por Skype en mitad de una partida podría tener su punto. Pero donde menos esmero muestra la consola es en el asunto de los juegos.

Sony presentó una mejor remesa de juegos. Y vídeos de potencia técnica. ¿Microsoft qué nos mostró? Un poco de 'Forza 6', un clásico. Y mucho 'Call of Duty'. No sabemos siquiera cómo funcionará la consola o qué tipo de RAM tiene.

Y luego, lo de los tres sistemas operativos y dos procesadores de cuatro núcleos huele mal. Y huele fatal porque es posible que un procesador se lo quede Windows -sí, lleva un Windows en sus tripas- y el otro quede para la consola. Con lo que tendríamos cuatro núcleos en lugar de ocho para jugar.

 

¿Y qué pasa con Microsoft en Japón?

 

Final Fantasy VIII PC

Entiendo que Microsoft vea que su mercado está en América y Europa. Al fin y al cabo, es donde ha creado su nombre. Si Xbox 360 ha vendido más en esta generación no ha sido por Japón, donde las ventas de la de Microsoft son exiguas.

Hasta aquí todo correcto. ¿Pero abandonar el mercado japonés? En otra época, Microsoft luchó por hacerse con todas las grandes sagas niponas. Y más o menos lo logró, con pequeñas excepciones como 'Metal Gear Solid' y 'Yakuza'. Incluso Hironobu Sakaguchi programó en exclusiva para su máquina.

xbox.opinion3.juegos.esEn la presentación de Xbox One no hubo ni un solo juego nipón. Ni una personalidad de esa industria. La misma industria que fue la más importante durante demasiado tiempo, aunque ahora se vea ensombrecida por tanto FPS occidental.

Darle la espalda a Japón no es sólo olvidarse de sus usuarios. Es machacar a quienes gustan de los videojuegos japoneses. Yo, por ejemplo, juego mayoritariamente a producciones niponas. ¿Acaso Steve Ballmer ha pensado que todo es 'Call of Duty' y 'FIFA'?

Sony debe de estar frotándose las manos. En su peor momento, el enemigo Microsoft ha  pinchado. Ha presentado algo que es cualquier cosa menos una consola. Y mejor ni hablar de la dificultad para jugar a juegos de segunda mano, que puede acabar siendo previo pago y dificultar incluso que entre amigos nos dejemos juegos.

No todo está perdido. Claro, Microsoft puede cambiar mucho de lo malo que ha presentado. Excepto el diseño. Ese diseño nos lo vamos a comer. Y empaña lo muy bueno que aporta Xbox One -porque tiene cosas buenas-, como el impresionante Kinect. O la posibilidad de que algunos procesos se hagan en la nube y lleguen a la consola por ordenador. Yo, sinceramente, quiero confiar en Redmond. Y espero que en el E3 Microsoft vuelva a sorprendernos.

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