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Ahora está muy de moda todo esto del juego online, que si prestigios, poder ganar trajes y mejoras para nuestros personajes conforme vamos adquiriendo experiencia en el juego, historial de bajas, etc... ¿dónde está aquel espíritu de jugar contra tus amigos en local y poder humillarlos? ¿donde están esas tardes locas de refrescos y piques contínuos al pro? Ahora todo se hace por la red.

Por eso quiero rescatar esa mentalidad y rememorar los momentos que todos, casi seguro, más de una vez hemos pasado delante de la pantalla jugando 2 o hasta 4 jugadores a la vez, durante horas, mientras nos maldecimos el uno al otro. Esos "piques" casi interminables, ese es el espíritu al que me refiero. Todos esos juegos que nos hacen olvidarnos del reloj mientras disfrutamos de nuestros amigos. Después de meditarlo mucho creo que estos son los mejores, a ver qué os parece.

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Hacer que el jugador tenga la mejor experiencia de juego posible es algo realmente complicado. Todo el mundo cree que puede hacer un buen juego, y seguramente muchos de vosotros creáis que vuestra idea es lo más, pero lo más seguro es que sea una auténtica mierda. Y esto es así; siento romperos la ilusión.

Pero es que no es lo mismo pensar una trama de juego o un hilo argumental, eso no es un juego, a hacer que luego esta sea divertida. La jugabilidad es otra cosa. Pocos juegos han rozado la cumbre en cuestión de diseño de gameplay. Geometry Wars Retro Evolved 2 sea posiblemente uno de los mejores ejemplos de diseño perfecto.

Los enemigos cuidadosamente diferenciados entre sí por patrones básicos de color, forma geométrica y movimiento hacen que de un simple vistazo sepamos cual es la amenaza que nos acecha. Y esto es especialmente meritorio teniendo en cuenta el frenetismo, atención y visión periférica que se requieren para poder jugarlo. Para colmo el tempo con el que aparecen y su progresión en cantidad, variedad y patrones, están clavados a la perfección. Maldita sea, es que es una auténtica maravilla.

Pocos juegos te meten en un mundo de concentración, adrenalina, música hipnótica y dopamina como este lo hace.

Gracias Mr Stephen Cakebread, may the force be with you!

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