Hace unos pocos días me vi en el cine sin saber muy bien cómo me habían engatusado para estar sentado ante el desenlace de la saga 'Crepúsculo'. Sin siquiera tener mucha idea de lo que antes había pasado en 'Crepúsculo'. Y allí, mientras veía desfilar a vampiros que van al instituto y tienen hijas sin entender nada de la paja mental que vestía aquel sinsentido embadurnado de maquillaje blanco y fría fotografía, me planteé qué podría pasar si en los videojuegos las grandes producciones podían acabar como el cine. Con vampiros a lo 'Crepúsculo' y héroes a lo 'Transformers' de Michael Bay.
Los signos de fatiga en el sector son los mismos. Este año las grandes producciones, los juegos denominados AAA, han salido muy caros. Carísimos. Y además ha costado mucho venderlos. Todo lo que no es 'Call of Duty', 'Fifa', 'Halo' o 'Uncharted' no vende lo suficiente. Además, Epic y su Unreal Engine avisaron que la siguiente generación será más dura para crear buenas producciones en cuanto a dinero se refiere.
¿Hemos de empezar a rezar? No lo sé. Pero yo pongo mis esperanzas en las producciones 'indie' y más económicas. Todo con tal de que el único vampiro en los videojuegos siga siendo Vamp en 'Metal Gear' y no empecemos a ver romances vampíricos pasados de azúcar en nuestras futuras consolas. Leer Más